“En el silencio escuchamos a Dios, en la oración Dios nos escucha”, explicó Krishna Darshan, para enseñar a un grupo de 30 estudiantes en la granja de yoga, “el arte del silencio”. Y nos propuso que, hablemos solo si: 1. Es 100% verdad lo que vamos a decir 2. Es 100% positivo, ayuda y da felicidad 3. Es 100% necesario decirlo Todos nos miramos. Yo ahí mismo capté que durante mucho tiempo en mi vida tal vez había seguido el punto uno, (lo que creía que era mi verdad). Tal vez el dos. Pero para nada el tres. Para nada! Yo siempre consideraba necesario “decir”. Con estos tres puntos podemos empezar a crear mejores relaciones humanas, un tanto silenciosas pero más saludables. Cuando empezamos a callar, nuestra mente empieza a calmarse. Pero el silencio va más allá de las palabras, más allá de comernos lo que quisiéramos decir por evitar mal entendidos, dañar, a chismosear, a causar karmas innecesarios. El silencio se refiere a calmar ese diálogo interior que nos hace juzgarnos a nosotros mismos, analizarnos, aconsejarnos, decirnos, predicarnos, planear, predecir, resolver, sacar conclusiones. El silencio invita a la mente a quitarse la pensadera de encima, y todo el análisis que no la deja descansar, que no la deja levitar. Los mil pensamientos por segundo que impiden acercarnos a la mente de una manera más suave, como quien se acerca a un caballito muy brioso y finalmente puede abrazarlo. Abrazar nuestra mente! Un abrazo inmenso a lo que realmente somos, a esa luz que se expresa en un cuerpo físico temporal, a nuestra capacidad de comprensión de nuestra propia humanidad también temporal, a nuestra capacidad de ser; SER en medio de todo lo que hacemos, decimos, soñamos, planeamos, predecimos, predicamos; también temporal. Solo SER, en ese eterno silencio que nos permite abrazarnos a nosotros mismos por el tiempo que se nos provoque, aquí y ahora si tenemos la valentía de hacernos amigos de nuestro silencio. Abracemonos pues!
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En las Buenas y en las Malas Recuerdo mucho la canción “That’s What Friends Are For” de Dionne Warwick, en la versión con Elton John, Gladys Knight y Steve Wonder. Esa era mi favorita entre muchas de las canciones con las que aprendi inglés. Empezaba la armónica y a mi de inmediato se me entonaban la voz y el lagrimal. Yo cantaba a todo pulmón, inventando la mitad de las palabras porque no las entendía, pero la melodía es tan formidable que cada palabra inventada salía del alma llena de significado, en un lenguaje extraño que solamente yo entendía. La música es en mi concepto la mejor máquina del tiempo y quizás de la distancia. Viaja con uno, y uno viaja con la música. Y todo lo que la música trae y lleva, es muy mágico. Cuando nos mudamos a sitios diferentes de donde nacimos y crecimos, lejos de la familia y los amigos de infancia, aprendemos a que los nuevos amigos son familia y como la música, dejan recuerdos que siempre quedan impresos como una buena canción en el corazón y en la mente. Esas canciones pegajosas son esos amigos que de solo recordarlos uno ya sabe lo que harían, lo que dirían. Esos amigos que uno invoca cuando tiene que tomar una decisión o dar una respuesta y de solo pensarlos uno sonríe y da gracias. Y por la tecnología uno los puede encontrar y volver a conectar en el presente y verse las canas. En estos días estaba conversando con mi esposo sobre el significado de la amistad. Me dijo una frase que me llamó mucho la atención y dice: “a friend in need is a friend indeed”. Con estos párrafos quiero decirles a mis amigos que están y a los que ya se fueron que cada uno me dejó una canción que sigue sonando en mi corazón, les quiero dar as gracias porque tenerlos coloreó mi camino, porque haber compartido con ustedes me hace la persona que soy ahora. Les pido perdón si les fallé, o si hablé un lenguaje extraño que solo yo entendía, y por alguna interpretación errada o algún cruce en el camino nuestros rumbos se dividieron. Ojalá que donde estén haya mucha paz. Siempre paz y amor es lo que les deseo. Keep smiling and keep shining como dice la canción. |
Author: SOFIA PUERTAI believe in the power of words. Let our actions speak for us. Categories |